Escuela de repostería a fondo: Strudel de manzana - Hornear desde cero

      Los ingredientes del strudel de manzana tradicional pueden parecer humildes, pero cada uno cumple un papel en la estructura, la flexibilidad, el control de la humedad o el sabor.

      HARINA DE PAN: El alto contenido proteico de la harina de pan es clave para esta masa de strudel. A diferencia de la harina de uso general, la harina de pan crea una red de gluten más elástica, exactamente lo que se necesita para una masa que pueda estirarse hasta quedar extremadamente fina sin desgarrarse. El amasado desarrolla el gluten gradualmente, y el largo tiempo de reposo relaja la red, volviéndola maleable. Esta dualidad —estructura y flexibilidad— es lo que permite que la masa se estire a mano hasta formar una lámina tan fina que se pueda leer a través de ella.

      SAL KOSHER: La sal en esta masa hace más que sazonar. Fortalece ligeramente la red de gluten y ayuda a regular la hidratación, proporcionando a la masa mejor elasticidad sin que se afloje. En el relleno, la sal equilibra la dulzura y realza la frescura de las manzanas y de las pasas maceradas en ron.

      AGUA: El agua es la única fuente de hidratación de la masa, por lo que su precisión importa. No solo activa la formación de gluten, sino que también permite que la masa se una de forma homogénea durante el amasado. Demasiada agua volvería la masa floja y pegajosa; muy poca la dejaría seca y propensa a rasgarse al estirarla.

      ACEITE VEGETAL: El aceite es la grasa de la masa. A diferencia de la mantequilla, es neutro y fluido a temperatura ambiente; esto mantiene la masa blanda y maleable sin interferir en el desarrollo del gluten. Aporta flexibilidad más que laminado, permitiendo que la masa se estire de manera uniforme. También ayuda a conservar la humedad y a prolongar la manejabilidad de la masa durante el formado.

      VINAGRE BLANCO DESTILADO: La acidez del vinagre ayuda a relajar ligeramente la red de gluten, aumentando su extensibilidad y reduciendo el riesgo de desgarros durante el estirado.

      MANTEQUILLA SIN SAL: La mantequilla aparece en dos sitios: en la capa de migas de pan y en el pincelado final antes de hornear. En la capa de migas, se tuesta y une las migas con el azúcar, formando una barrera contra la humedad que evita que quede empapado. Sobre la masa, la mantequilla derretida da a la corteza su acabado dorado y satinado y mejora el crujiente durante el horneado.

      MIGAS DE PAN SECAS: Las migas de pan pueden parecer un relleno, pero cumplen una función táctica. Actúan como esponja, absorbiendo los jugos del relleno de manzana y preservando la delicada crocancia de la masa. Sin ellas, la masa corre el riesgo de volverse empapada desde el interior. Tostarlas en mantequilla y azúcar añade otra capa de sabor: caramelizado, a nuez y ligeramente dulce.

      AZÚCAR GRANULADA: El azúcar aparece en las migas de pan, en el relleno y en la Crème Anglaise. En el relleno endulza las manzanas y extrae humedad de ellas. En las migas de pan se carameliza durante el horneado para añadir sabor. En la natilla, equilibra la riqueza y realza sutilmente la vainilla.

      PASAS: Remojadas en ron oscuro, las pasas aportan una dulzura masticable y una textura rica y tersa al relleno. El remojo no solo intensifica el sabor, sino que también ablanda las pasas, evitando que liberen humedad durante el horneado. Su dulzura contrasta con las manzanas ácidas, añadiendo contraste y dimensión.

      RON OSCURO: El ron profundiza el perfil de sabor del relleno, aportando calidez y complejidad. Su alcohol ablanda las pasas, pero la mayor parte se evapora durante el horneado, dejando tras de sí una nota persistente de caramelo y especias.

      MANZANAS: Las manzanas firmes y ácidas, como la Granny Smith, mantienen su forma durante el horneado, resistiendo el deshacimiento. Su acidez equilibra los elementos endulzados del relleno. Cortarlas en rodajas finas y uniformes asegura una textura homogénea y evita bolsillos de aire.

      JUGO DE LIMÓN: La acidez del jugo de limón evita que las manzanas se oxiden y se pongan marrones. También realza la frescura, ayudando a que la fruta destaque entre la dulzura y las especias.

      NUECES: Tostadas y picadas, las nueces aportan el crujido necesario al relleno, que por lo demás es suave. Su amargor terroso brinda equilibrio, cortando la dulzura de la fruta y las pasas. Tostarlas previamente saca a relucir sus aceites naturales e intensifica su sabor.

      CANELA MOLIDA: La canela complementa las manzanas y las pasas sin opacarlas, ofreciendo calidez y profundidad aromática. Un poco rinde mucho: lo justo para redondear el relleno.

      YEMAS DE HUEVO: Las yemas de huevo son la base de la Crème Anglaise. Ricas en emulsionantes y proteínas, dan a la natilla su textura sedosa que se adhiere a la cuchara. Cuando se temperan correctamente, espesan la salsa sin cuajarla. Su riqueza combina de forma excelente con el strudel crujiente, ofreciendo un contraste fresco.

      LECHE ENTERA Y NATA PARA MONTAR: Esta pareja láctea clásica crea equilibrio: la leche aligera la textura mientras la nata aporta riqueza y sensación en boca. Juntas forman una crema (Crème Anglaise) lujosa pero no pesada, ideal para napar la masa caliente.

      PASTA DE VAINILLA: La vainilla da a la Crème Anglaise su perfume característico. Aquí se prefiere la pasta frente al extracto: aporta tanto sabor como las motas distintivas de vainilla real, añadiendo elegancia visual y aromática.

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