Panecillos rellenos - Hornear desde cero

      La mezcla de hierbas saladas, especias y aromáticos reconfortantes que conoces y amas en el relleno tradicional de Acción de Gracias (¡o dressing!) se convierte en estos panecillos tiernos y hojaldrados. Este giro creativo sobre un clásico festivo no solo encarna los sabores esenciales de este día especial, sino que también es perfecto para construir un sándwich épico con las sobras de pavo.

      Rinde 12 panecillos

      2 cucharadas (28 g) mantequilla sin sal, ablandada

      3/4 taza (86 g) apio finamente picado

      1/3 taza (37 g) cebolla dulce finamente picada

      4 tazas (500 g) harina todo uso

      1 cucharada (9 g) sal kosher

      4 cucharaditas (20 g) polvo de hornear

      1 cucharada (12 g) azúcar granulada

      1 1/2 cucharaditas (3 g) condimento para aves (poultry seasoning)

      1/2 cucharadita (1 g) ajo en polvo

      1/2 cucharadita (1 g) pimienta negra molida

      1 taza (227 g) mantequilla sin sal fría, en cubos

      1/2 taza (57 g) queso Gruyère rallado

      1 1/4 tazas (300 g) buttermilk entero frío

      1 huevo grande (50 g)

      1 cucharada (15 g) agua

      Sal marina en escamas

      Forra una bandeja para hornear con borde con papel pergamino. En una sartén mediana, derrite la mantequilla ablandada a fuego medio-alto. Agrega el apio y la cebolla; cocina, removiendo con frecuencia, hasta que estén tiernos y fragantes, 5 a 6 minutos. Retira del fuego; deja enfriar completamente.

      En un bol grande, bate la harina, la sal kosher, el polvo de hornear, el azúcar, el condimento para aves, el ajo en polvo y la pimienta. Agrega la mantequilla fría, mezclando para cubrirla. Con un mezclador de pastelería o con las manos, incorpora la mantequilla hasta que la mezcla quede desmenuzada y los trozos de mantequilla tengan tamaño de guisante. Incorpora la mezcla de verduras ya fría y el queso. Agrega el buttermilk frío; mezcla con un tenedor hasta que se forme una masa deshilachada. (No mezcles en exceso.)

      Vuelca la masa sobre una superficie ligeramente enharinada. (La masa estará desmenuzada y casi seca.) Aplasta la masa formando un cuadrado de aproximadamente 1 1/4 pulgadas (3 cm) de grosor. Con una espátula de banco o un cuchillo afilado, corta en cuatro partes. Apila los cuartos uno sobre otro y aplasta hasta 1 1/4 pulgadas (3 cm) de grosor. Repite el corte y el apilado 3 veces más. (La masa puede parecer demasiado deshilachada al principio, pero se unirá y será más fácil de trabajar a medida que avances.)

      Extiende la masa hasta formar un cuadrado de 1 1/4 pulgadas (3 cm) de grosor. Con un cortador redondo de 2 1/4 pulgadas (aprox. 5,7 cm) enharinado, corta 12 discos de masa, volviendo a estirar los recortes una vez. Coloca a 1 pulgada (2,5 cm) de distancia en la bandeja preparada. Congela 15 minutos.

      Precalienta el horno a 425°F (220°C).

      En un recipiente pequeño, bate el huevo con 1 cucharada (15 g) de agua; pinta los panecillos con esta mezcla. Espolvorea con sal marina en escamas.

      Hornea hasta que estén dorados, 18 a 22 minutos. Deja enfriar en la bandeja 5 minutos. Sirve preferentemente calientes. Conserva en un recipiente hermético hasta por 3 días.

      Consejo profesional:

      Los panecillos se pueden preparar hasta el paso 5, congelar hasta que estén firmes y luego transferir a una bolsa resellable resistente para congelar hasta por 1 mes. Hornea según las indicaciones desde congelados, añadiendo unos 5 minutos al tiempo de cocción.

      ¡Cuéntanos cómo te quedó!