Rugelach reimaginado: cinco nuevas y deliciosas variantes - Hornear desde cero

Rugelach reimaginado: cinco nuevas y deliciosas variantes - Hornear desde cero

      Los rugelach tienen sus raíces en siglos de repostería judía ashkenazi. Su nombre proviene de la palabra yidis «rugel», que significa «pequeño giro», en alusión a su forma enrollada. Las primeras versiones se hacían con masa con levadura, similar al kifli húngaro, y se rellenaban con mermelada o frutos secos. Cuando los inmigrantes judíos llevaron la receta a Estados Unidos, se incorporaron mantequilla y queso crema a la masa, creando la textura tierna y hojaldrada que conocemos hoy.

      Tradicionalmente, los rugelach eran dulces festivos —enrollados con semillas de amapola, mermelada o azúcar con canela—, pero su adaptabilidad los ha convertido en un favorito para todo el año. Desde el clásico de frambuesa y nuez hasta remolinos de chocolate e incluso versiones saladas, los rugelach demuestran que las mejores tradiciones evolucionan. Con masas tiernas y posibilidades infinitas, estas cinco variaciones aportan giros novedosos a una pieza de repostería atemporal.

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