
Pastel de Durazno y Crema - Horneado desde cero
Con sus capas de masa quebrada crujiente, relleno suave, crema batida y fruta sonrojada, tendrás esta refrescante Tarta de Durazno y Crema en repeticiones toda la temporada.
Rinde 1 tarta de 23 cm (9 pulgadas)
Harina de uso múltiple, para espolvorear Masa de tarta con mantequilla (receta a continuación) 6 yemas de huevo grandes (112 gramos) ¼ de taza (32 gramos) de almidón de maíz ½ cucharadita (1.5 gramos) de sal kosher 2 ¼ tazas (510 gramos) de duraznos frescos pelados en puré (aproximadamente 2 duraznos medianos) ¾ de taza (150 gramos) de azúcar granulada 6 cucharadas (90 gramos) de jugo de limón fresco ½ taza (113 gramos) de mantequilla sin sal, en cubos y suavizada 1 taza (240 gramos) de crema de leche fría para batir ½ taza (60 gramos) de azúcar glas 1 cucharadita (4 gramos) de extracto de vainilla Guarnición: duraznos frescos en rodajas
Sobre una superficie enharinada, extiende la masa de tarta con mantequilla en un círculo de 30 cm (12 pulgadas) de diámetro (aproximadamente ⅛ de pulgada de grosor). Transfiere con cuidado a un molde para tarta de 23 cm (9 pulgadas), y recorta el exceso a 1.3 cm (½ pulgada) más allá del borde del molde. Dobla el exceso hacia abajo y realiza repizcos si lo deseas. Pincha el fondo de la masa con un tenedor por todas partes y congela hasta que esté firme, unos 15 minutos. Precalienta el horno a 220°C (425°F). Coloca un papel pergamino sobre la masa, dejando que los extremos cuelguen de los bordes del molde. Añade peso para tartas. Hornea hasta que los bordes estén dorados, unos 15 minutos. Retira con cuidado el papel y los pesos, y hornea hasta que la base esté seca y dorada, 5 a 7 minutos más. Deja enfriar completamente. En un bol mediano, bate las yemas, el almidón y la sal. En una cacerola mediana, mezcla los duraznos en puré, el azúcar y el jugo de limón. Agrega la mezcla de yemas y cocina a fuego medio-bajo, batiendo constantemente, hasta espesar y que un termómetro de lectura instantánea marque al menos 80°C (175°F), de 6 a 8 minutos. Retira del fuego y añade la mantequilla, mezclando hasta que se funda y quede bien integrado. Vierte el relleno sobre la base preparada. Cubre con papel transparente, presionando directamente sobre la superficie del relleno para evitar que se forme una capa superficial. Refrigera hasta que esté espeso y frío, al menos 2 horas o toda la noche. Justo antes de servir, en el bol de una batidora con varillas, bate la crema fría, el azúcar glas y la vainilla a velocidad media-alta hasta que se formen picos medianamente firmes. Esparce sobre la tarta y decora con rodajas de durazno si deseas. Refrigera en un recipiente hermético hasta 3 días.
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Masa de tarta con mantequilla
1½ tazas (188 gramos) de harina de uso múltiple 1 cucharadita (3 gramos) de sal kosher ½ taza (113 gramos) de mantequilla fría, cortada en cubos de 1.3 cm (½ pulgada) ¼ de taza (60 gramos) de agua con hielo, y más si es necesario
En el bol de un procesador de alimentos, combina la harina y la sal. Añade la mantequilla fría y procesa hasta que la mezcla tenga textura arenosa y los trozos de mantequilla sean del tamaño de un guisante. Con el procesador en marcha, añade lentamente el agua con hielo en un hilo constante, solo hasta que la masa se una. La mezcla puede parecer arenosa, pero debe estar húmeda y unida cuando la aprietes. Añade más agua con hielo, una cucharada a la vez (15 gramos), si es necesario. Vierte la masa sobre una superficie, y forma un disco. Envuelve bien en film plástico y refrigera por al menos 1 hora o hasta 2 días, o congela hasta 3 meses. Deja descongelar la masa congelada en la nevera durante toda la noche antes de usarla. Si la refrigeras por más de 1 hora, deja reposar la masa a temperatura ambiente durante 10 a 15 minutos antes de extenderla.
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